Laboratorio e Instalación Sonora
Territorio táctil es un proyecto que percibe el entorno urbano como fuente inagotable de estímulos y que considera al museo como un lugar idóneo para la experimentación. Este laboratorio de creación –que trabajó durante la segunda semana de agosto con el artista Carlos Gómez Caballero- escuchó y exploró mediante diversas prácticas sonoras la ciudad de Medellín. El proyecto reivindica diversas formas de percepción no visual a la vez que otorga un carácter plástico y maleable al sonido.
El proyecto se concreta en un interfaz táctil, o superficie de contacto, que responde al roce de las manos; un lienzo convertido en membrana sensible al roce que al tener dibujado un mapa, alimenta y esculpe en el espacio los sonidos del territorio representado.
Participantes:
Natalia Valencia, Andrés Monzón, June Juno, Céline Glotz-terrier, José Daniel Zuluaga, Verónica Valencia, Juan Pablo Trujillo, Alanath Ocampo, Julián Bedoya, Duván Sepúlveda, Alejandro Restrepo, Oscar Moreno, Santiago Jaramillo, Chelo Barrios, Agustín Mejía, Marcel Villamil, Jorge Luis Rocha, Juan David Ceballos, Estefanía Agudelo, Juan Cañola, Jorge Barco, Camilo Cantor, Museo de arte moderno de medellín, Colaboratorio, Parque Explora.
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El Museo de Arte Moderno de Medellín, desde hace varios años, propicia iniciativas experimentales en las cuales concurren la interacción entre arte y un amplio campo de prácticas relacionadas con la cultura digital y las artes mediales. Estos trabajos colaborativos se efectúan ya sea mediante algunos proyectos independientes o con la participación de diversas instituciones de la ciudad y de América Latina.
Dentro de estos parámetros, el MAMM presenta el proyecto Territorio táctil en la Sala de Experimentación o Lab3, que tiene entre sus intereses la producción y promoción de prácticas que incorporan y resaltan el sonido mediante conferencias, recitales, instalaciones, sesiones de escucha, laboratorios y proyectos especiales.
Este primer proyecto, conducido por el artista Carlos Gómez Caballero, fue concebido como punto de partida de un programa a largo plazo que amalgama la didáctica, la investigación y la creación sobre el paisaje sonoro con la cartografía, el arte contemporáneo y las reflexiones críticas que se derivan del uso de la tecnología.
Esta instalación basa su razón de ser en una reflexión sobre la idea de interfaz, así como en el análisis sobre los ámbitos de representación que le plantea al ser humano la cartografía, herramienta fundamental con la que este ha trabajado a lo largo de casi toda su historia, pues le da proporción o medida a su presencia, a sus movimientos sobre un territorio, y lo ubica en el mundo.
La cartografía en el presente proyecto no solo propone el acercamiento directo al territorio en el que vive el ser humano, que le proporciona una vivencia evidente con el paisaje, sino que también le permite entender hasta qué punto, en la actualidad, son necesarias ciertas tecnologías para acceder a ella.
En un momento en que proliferan las tendencias tecnológicas con énfasis en interfaces visuales y táctiles estandarizadas, es interesante plantear el desarrollo de herramientas específicas para contextos determinados, contraria a la tendencia de una globalización tecnológica con la que se pretende que todas las personas que habitan el planeta compartan y hagan uso de la misma tecnología.
¿Por qué llamar táctil un proyecto básicamente sonoro?
Territorio táctil propone un espacio para el disfrute y la escucha atenta. Se trata de un interfaz táctil que responde al roce de las manos; es un lienzo convertido en membrana sensible al tacto que al tener dibujado un mapa, alimenta y esculpe en el espacio los sonidos del territorio representado.
Esta instalación es resultado de un laboratorio de creación que trabajó en el registro de paisajes sonoros, en un perímetro cuyo centro fue el Museo mismo. Fueron días intensos de experimentación, recorridos urbanos, estudio de temas relacionados con el sonido y de construcción colectiva de conocimiento. El proyecto reivindica diversas formas de percepción no visual a la vez que otorga un carácter plástico y maleable al sonido.
El Museo presenta este proyecto en colaboración de la Alcaldía de Medellín y el Colaboratorio del Parque Explora.
On an ongoing basis, the Medellín Museum of Modern Art (MAMM) has supported experimental initiatives located at the intersection of arts and the expanded fields of digital culture and new media arts. These experimental collaborative works are executed via independent projects or with the participation of various local and Latin American cultural institutions.
Within these practices, MAMM presents the project Tactile Territory in the Sala de Experimentación (Experimentation Room) or Lab3, a place promoting the production of pieces that incorporate and emphasize sound through various conferences, recitals, installations, listening sessions, labs and special projects.
This first project, conducted by artist Carlos Gómez Caballero, was conceived as a starting point for a long-term program that amalgamates didactics, research and creation in respect to the sound landscape with cartography, contemporary art and critical reflection derived from the use of technology.
The function of this installation is to prompt contemplation of the idea of the interface, similar to the analysis of what humans consider the cartographic representational space. Cartography acts as a fundamental tool that humans have used throughout their history, giving measurement and proportion to presence and movement within a territory and placement in the context of the world.
The cartography in the present project proposes not just a direct approach to the territory where human beings live but also permits an understanding of up to which point certain technologies are necessary to access this cartography nowadays.
Today, technological tendencies that emphasize standardized visual interfaces are thriving. Given this framework, it is interesting to present the development of specialized tools for specific contexts, contrary to the tendency toward universal technology which proposes that all people around the world share and use the same type of technology.
Why call this project “tactile” when it seems like it’s mostly sound?
Tactile Territory proposes a space for enjoyment and attentive listening. Tactile Territory comes to life as a tactile interface that responds to the hand’s touch; a canvas printed with a map has been transformed into a touch sensitive membrane. Though touch and sound the map sculpts its represented territories in space.
This installation is the result of a multi-day workshop where participants collected recordings of sound landscapes within a defined space with the Museum. Workshops were intense with experimentation, urban walks and routes, collective building of knowledge, and the study of themes related to sound. This project encourages diverse forms of non-visual perception and provides a plastic and malleable character to sound.
The Museum presents this project in collaboration with: Alcaldía de Medellín, Colaboratorio - Parque Explora.